¿Cómo ha impactado la pandemia de coronavirus en la salud emocional de los niños?
“Cuidemos a nuestros niños”, es el nombre del estudio elaborado por un equipo compuesto por psicólogos, psiquiatras, académicos e investigadores chilenos, que desde el 30 de abril vienen estudiando el impacto que ha tenido el confinamiento por la pandemia de Covid-19 en el ámbito socioemocional de los niños y niñas de hasta 11 años de edad.
Los investigadores elaboraron un estudio descriptivo/exploratorio, que incluyó una encuesta enfocada en los cambios conductuales que han tenido los niños durante el confinamiento, que fue respondida por un total de 6.131 padres o cuidadores chilenos de niños y niñas de entre 0 y 11 años.
“Como profesionales de la salud mental, queríamos aportar de alguna manera a nuestro país en medios de esta pandemia por COVID-19 (…) Desde ahí surgió el interés por agruparnos para investigar cómo estaba influyendo esta realidad en los niños y niñas chilenas. Para luego, usar los resultados de esta investigación para entregar herramientas de apoyo específicas según las necesidades observadas”, explica la psiquiatra Pilar Del Río Vigil, quien es parte del equipo de investigadores.
“Para esto, construimos una encuesta basada en cuestionarios existentes de salud mental (principalmente el Child Behavior Checklist, CBCL) y en los textos que describen los hitos que se van alcanzando en cada etapa del desarrollo infantil. Además, nos apoyamos en algunos antecedentes de crisis anteriores en nuestro país y de esta misma pandemia en otros países”, detalla Pilar Del Río.
Resultados
A continuación la psiquiatra Pilar Del Río Vigil comenta al "Observatorio de Educación y Bienestar Socioemocional y Sexual" de Fundación Relaciones Inteligentes (Ring!), los resultados más relevantes de la investigación en nombre del equipo integrado por académicos de la Universidad Adolfo Ibañez (UAI), del Núcleo Milenio para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes (Imhay), Fundación José Ignacio y Theraplay Chile.
- ¿Qué se puede concluir en base a los resultados obtenidos?
Podemos concluir que los síntomas más importantes que presentan los niños en esta cuarentena fueron:
- Aumento de demanda hacia el adulto (73%)
- Aumento de nivel de reactividad emocional (61%)
- Dificultad para conciliar el sueño (43%)
- Aumento del nivel de actividad (41%)
Uno de los factores protectores en niños es la conducta de juego, y en nuestro estudio vimos que un 85% de los niños está jugando igual o más que antes de la pandemia. Esto son buenas noticias y es importante seguir promoviendo.
Frente a las preguntas abiertas podríamos resumir:
- Qué es lo que más le está costando a su niño (a):
- La incertidumbre de no saber cuándo acabará todo esto
- Entender que no puede abrazar a sus abuelos, primos, amigos
- Manejar su ira cuando se frustra
- Que los papás estén en la casa pero tengan que trabajar
- Qué es lo que más le está ayudando a su niño(a)
- Estar en un lugar seguro con ambos padres
- Conversar con ellos, explicarles la situación
- Darse el tiempo para compartir con ellos (horas de comida, películas, juegos de mesa, etc)
- Qué es lo que más le está gustando a su niño(a)
- Que han podido estar más tiempo con sus papás
- Que empezamos a comer todos juntos
- Disfrutar en familia, tener un ritmo de vida más tranquilo
- ¿Qué es lo que más les ha llamado la atención de los resultados obtenidos de esta primera etapa del estudio?
Nos llamó la atención la resiliencia de nuestros niños. Los resultados obtenidos concuerdan con los estudios de crisis previas en nuestro país, en donde solo un 20% de la población que sufre catástrofes (como por ejemplo el terremoto y tsunami del 2010), desarrolla síntomas de alguna patología de salud mental, mientras el 80% muestra que están afectados, pero logran adaptarse a la situación sin enfermarse.
En el caso de nuestros niños, en la primera etapa del estudio, lo más relevante que estaba afectado es la demanda hacia el adulto (73%) y la reactividad emocional (61%). Estas dos cosas son absolutamente esperables en niños sometidos a una situación de crisis, estrés e incertidumbre, pues los adultos son las principales figuras de contención y seguridad (de ahí la mayor demanda) y además son ellos los encargados de ayudarlos en la regulación emocional, pues los niños no tienen aún la capacidad de hacerlo por sí mismos, desde su biología.
Por el contrario, los síntomas más propios de patología en salud mental, como síntomas somáticos, conductas regresivas o reacciones agresivas físicas o verbales, no se encontraron alterados significativamente.
De todas formas, es importante mencionar que estos son los resultados de la primera etapa (aproximadamente 10 a 12 semanas de cuarentena llevaban la mayoría de los encuestados) y esta realidad podría variar en la segunda etapa, debido al mayor tiempo de confinamiento de las familias.
- Hace poco se publicó el estudio español: “Seis semanas de confinamiento: Efectos psicológicos en una muestra de niños de Educación Infantil y Primaria” y entre las cosas que destaca la investigadora y psicóloga infantil Marta Giménez-Dasí, es que “después de seis semanas de confinamiento, disminuyeron los niveles de ansiedad en los niños de 8 y 10 años”. ¿Pudieron observar algo similar en el estudio que realizaron a los niños chilenos?
En nuestro estudio se observaron tanto niños que aumentaron sus niveles de ansiedad, como otros que disminuyeron. Pero lo relevante no es la ansiedad en sí, sino que esas conductas son de carácter adaptativo y están ayudando al niño a adaptarse a esta nueva situación (como aumentar sus niveles de actividad por ansiedad, por ejemplo). En nuestro estudio pudimos ver que las conductas ansiosas que se están presentando son más bien de carácter adaptativo que patológico.
Es posible plantear que en aquellos niños en donde la ansiedad ha disminuido en esta pandemia, probablemente lo que estaba causando ansiedad era alguna exigencia o demanda del mundo externo, más que una desregulación de su neurobiología.
De todas formas, como equipo estamos haciendo un análisis diferenciado de los resultados para poder observar cada grupo específicamente. Esperamos que este análisis nos dé más respuestas respecto a esta observación y otras que pudieran ser interesantes.
- ¿De qué manera los adultos podemos responder de mejor forma a los cambios que están experimentando los niños y niñas en este periodo?
Aquellas personas que logren enfrentar esta situación con mayor flexibilidad, creatividad y sin expectativas previas, serán quienes logren adaptarse mejor a la nueva realidad post confinamiento.
La clave es aprender a estar conectados con el presente, conocer y atender las necesidades propias de este momento (que pueden no ser las necesidades de siempre), y darnos espacio y tiempo para ir avanzando un paso a la vez. Sin exigencias. Sin apuro.
Estamos viviendo algo nuevo. Desconocido. Y necesitamos aprender a reconocernos en esta nueva realidad.
Recordemos que los niños se afectarán tanto como lo hagan los adultos a su cargo. Si nos tomamos en serio que su bienestar depende de nosotros, podremos concentrar nuestras energías en el autocuidado, la autorregulación y la correcta priorización o jerarquización de las tareas.
Un adulto tranquilo, puede calmar a un niño. Un adulto que se cuida, puede cuidar a un niño. Un adulto que se adapta, puede ayudar a adaptarse al niño a la nueva realidad. Cuidémonos para cuidar.
Conoce más detalles del estudio "Cuidemos a Nuestros Niños" en este LINK.
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