Estudio revela cómo el trato que tienes hacia ti mismo modifica tu anatomía cerebral

Según un estudio realizado por las instituciones inglesas Aston University y University of Derby, la forma en que nos tratamos a nosotros mismos, modifica la anatomía cerebral. 

Según indican, ser muy critico de uno mismo sería una actitud que está estrechamente relacionada con diferentes patologías derivadas de la salud mental, tales como depresión, trastornos alimenticios y ansiedad. En términos neurológicos, esta conducta también favorece ciertas demarcaciones cerebrales que promueven desequilibrios psicológicos. 

Por el contrario, la investigación indica que tener una actitud amable con uno mismo, impulsa las zonas cerebrales que nos protegen de patologías mentales. Esto promueve a que el cerebro tenga más recursos en la facultad de la cognición, donde encontramos elementos importantes como la atención y la memoria.

Para la realización de la muestra, a los participantes del estudio se les presentaron dos tipos de escenarios, con la instrucción de auto criticarse o tranquilizarse según correspondiera. Uno de los contextos, era imaginar un contratiempo personal, es decir, un fracaso, lo que provocó sentimientos negativos, mientras que el segundo era un suceso neutral. 

Explicación neurológica

En base a lo que redactaron los propios investigadores del estudio,  “la autocrítica se asoció con la actividad de las regiones del córtex prefrontal lateral (CPF) y del cíngulo anterior dorsal (CAD), lo que vincula el pensamiento autocrítico con el procesamiento y la resolución de errores, así como con la inhibición del comportamiento. La autoconfianza se asoció con la activación del polo temporal izquierdo y de la ínsula, lo que sugiere que los esfuerzos por ser auto confiados implican regiones similares a las de la expresión de la compasión y la empatía hacia los demás, describen en el texto.

“Además, encontramos una división dorsal/ventral del CPF entre la tendencia de un individuo a ser autocrítico o a tranquilizarse. Utilizando análisis de regresión múltiple, la actividad del CPF dorsolateral se correlacionó positivamente con los niveles altos de autocrítica (evaluados mediante una medida de autoinforme), lo que sugiere un mayor procesamiento de los errores y una mayor inhibición de la conducta en estos individuos. La actividad del CPF ventrolateral se correlacionó positivamente con una alta autoconfianza. Nuestros hallazgos pueden tener implicaciones para la base neural de una serie de trastornos del estado de ánimo que se caracterizan por una preocupación por los errores y fracasos personales, y una respuesta autocrítica a tales eventos, explican los autores de la investigación.

Revisa el estudio completo en este LINK.