Crisis de pánico y ansiedad: esta práctica guía te da herramientas para manejarlas

Cuando los colapsos nerviosos se apoderan de nuestra parte racional, los síntomas físicos y psicológicos pueden ser abrumantes por el tiempo que duren las crisis. Para ayudar a manejar y/o aprender a controlar estas situaciones, el especialista en Psicología Clínica, Pedro Moreno, elaboró una guía de primeros auxilios en situaciones de crisis ansiosas o de pánico.   

Los ejercicios están dedicados a las personas que han sufrido de estos episodios, pero enfatiza en que si el problema se vuelve a repetir en reiteradas ocasiones, la persona afectada debe pedir ayuda profesional. 

En este contexto, el autor explica qué es una crisis de ansiedad o trastorno del pánico.

“Es una respuesta repentina de miedo o malestar intenso, que llega a su pico máximo en cuestión de minutos (generalmente menos de diez minutos) y que se manifiesta por cuatro o más de los siguientes síntomas: Palpitaciones, sudoración, temblores, sensación de ahogo, opresión en el pecho, náuseas, sensación de irrealidad, miedo a morir, volverse loco o perder el control, escalofríos y entumecimiento, especifica el doctor Moreno en el texto.

Debido al carácter espontáneo que tienen las mayorías de estas crisis, la persona que las sufre, puede desarrollar ciertas fobias a los lugares, situaciones e incluso personas, esto se denomina como trastorno de pánico. 

Usualmente, los episodios de ansiedad suelen ocurrir por temas personales no resueltos en relación a los ámbitos laborales, sociales o familiares, también puede ser algo hereditario. Recibir información catastrófica, también puede predisponer a la persona a sufrir uno de estos episodios, ya que el nivel de estrés y miedo suben considerablemente.

A su vez, Moreno agrega que no se puede morir de ansiedad, tampoco se pueden producir embolias, trombosis o accidentes cardiovasculares

Existen muchas recomendaciones básicas para prevenir estas crisis y que tienen como objetivo mantener el cuerpo y la mente en un estado calmado. Por ejemplo, evitar hablar en tonos más altos de lo normal o con velocidad excesiva. La alimentación también es clave en este sentido, ya que el consumo de alimentos con azúcar o bebestibles con cafeína, ayudan a propiciar más un ambiente ansioso para el cuerpo. La dinámica del sueño es igual de fundamental que la alimentación, al bostezar se puede producir una caída brusca del nivel de anhídrido carbónico en sangre, y al dormir poco se propicia la oportunidad de que el ánimo se torne frustrado o irritante. 

La respiración y los ejercicios musculares son dos factores importantes para aprender a condicionar el cuerpo y la mente en un estado menos agitado. En este sentido, ambos elementos están relacionados con las emociones y los pensamientos, por lo que el control respiratorio y muscular se vincula estrechamente a la matriz de nuestra ansiedad. Tener el control total de estos componentes, significa también tener más control sobre lo que pensamos y nos causa ansiedad. El psicólogo aconseja realizar diariamente ejercicios de respiración en distintas velocidades, además de mezclar los músculos con la relajación en técnicas de tensión. 

Para leer la guía original y los ejercicios completos haz click en este LINK.