Primera infancia: el positivo efecto del juego en el aprendizaje

No es ninguna novedad que la educación chilena tiene el puesto el foco en un alto porcentaje en el aprendizaje cognitivo. Las tareas y dinámicas solitarias y cognitivas están invadiendo con mayor proporción las aulas de los más pequeños, privándolos de las horas de juego colectivas y recreativas. 

En este contexto, la docente e investigadora del área de psicomotricidad del Departamento de Educación de la Facultad de Ciencias Sociales, Carolina Grellet, explicó en una entrevista al portal de noticias de la Universidad de Chile, que “lo que podría decirse que es el discurso de los derechos del niño, del respeto por el niño y la realidad, porque si realmente respetásemos a los niños y niñas y respetásemos su derecho al esparcimiento y al juego y respetásemos los ritmos de aprendizaje individuales y los ritmos de desarrollo individuales, no podríamos tener el tipo de educación que tenemos”.

En este contexto advirtió que “los niños y niñas se adaptan, lamentablemente, a permanecer quietos y concentrados durante un tiempo para lo cual ellos tienen que hacer un esfuerzo sobrehumano para prestar atención”

Sin embargo, enfatizó en que cuando los niños juegan, la exploración e interacción con el ambiente y su imaginación, dan como resultado una vivencia lúdica, además de ser satisfactoria para el infante.

La investigadora del mismo Departamento, Francisca Moreno, comentó al medio anteriormente citado, que el objetivo principal del juego en la niñez es “que lo pasemos bien. Uno cuando es grande o más adulto recuerda su infancia y qué es lo que recuerda: el juego, como instancia de mucha creatividad, de mucha risa e instancias de errores”.

A su vez, la profesional advierte que los adultos son clave en esta dinámica, ya que su función como guías, observadores y mediadores, puede ser útil al momento de aprender jugando.

“Necesitamos mantener el interés del niño y la niña en ciertos juegos como estrategia de aprendizaje, por tanto los docentes o educadores de párvulos debiesen intencionar o tratar de mantener el interés de los niños en los juegos o la actividad que están haciendo, por medio de preguntas clave. No preguntas cerradas porque sino el juego se acaba y pierden el interés”, explica Moreno.

Por esto, las profesionales aseguran que es necesario que se incluyan dinámicas lúdicas en los espacios de aprendizaje, para estimular las diferentes aristas personales e interpersonales de los niños.

Un ejemplo de esto, fue el conversatorio “¡Tomémonos en Serio el Juego!: los niños y niñas lo necesitan”, que se realizó durante el año 2016 en la Universidad de Chile. El acontecimiento contó con la participación de Patricia Sarlé, miembro del grupo de expertos en Educación Infantil de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y reconocida investigadora argentina de la Universidad de Buenos Aires. 

"No existe libro de pedagogía o didáctica para el Nivel Inicial que no hable del Juego. Desde el momento en que se creó el Jardín de Infantes como institución dedicada a la infancia, el juego se definió como el método para enseñar a los niños, enfatiza Sarlé.

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