Felipe Lecannelier por educación en Chile: “Hemos deshumanizado a los niños al instalarlos por 31,5 horas semanales dentro de una sala”

Para que los procesos de aprendizaje sean efectivos en un niño, es esencial que no estén dentro de un estado de estrés y/o miedo. Así lo explica el doctor en psicología, Felipe Lecannelier, en el Seminario de Aprendizaje Socioemocional y Cerebro Social, organizado por el Departamento de Administración y Educación Municipal de El Carmen (DAEM) y realizado durante el pasado mes de noviembre.

El expositor comenta que al sentir reacciones de tristeza o rabia, las amígdalas cerebrales se activan junto al sistema límbico. No obstante, al activarse automáticamente apaga el área del hipocampo que está encargada de la consolidación y codificación de la memoria. Además, apaga la corteza frontal y prefrontal, la cual se encarga de la empatía, la regulación emocional, la mentalización y el manejo de la información cognitiva. En otras palabras, cuando un niño/a está enojado, frustrado o estresado, desactiva todas las herramientas que necesita el educador para trabajar con él.

En esta misma línea, un estudio realizado por el mismo psicólogo, muestra que alrededor del 50% de los niños desde los 6 hasta los 18 años, menciona sentir miedo al asistir al colegio mínimo dos veces al día. Dentro de las causas del miedo que nacía desde los menores, predominaba el temor por no estar a la altura de las expectativas académicas de los profesores.  

Lecannelier menciona que la educación en nuestro país no tiene el enfoque correcto, “el objetivo de la educación no es la matemática, la biología o el plan programático, el objetivo son los niños”. De esta misma manera, el profesional recalca que es necesario llenar el vacío de educación emocional en las instituciones educacionales para prevenir desórdenes psicológicos y emocionales a futuro. 

La propuesta que plantea el psicólogo, trata sobre intervenir en el ambiente general de estrés escolar en las instituciones, creando un espacio libre de tensión y permitiendo la fluidez de actividad flexible y organizada en el cerebro. “Un niño entre los 6 y 12 años, no puede prestar atención por más de 20 minutos seguidos. Hemos deshumanizado a los niños al instalarlos por 31,5 horas semanales dentro de una sala”, comenta Felipe.

En relación a la hormona denominada cortisol, Lecannelier explica que el peak más alto que recibe de atención el cerebro, es alrededor de las primeras horas del día, mientras que después de almuerzo la intensidad de la hormona va disminuyendo. “Nosotros planteamos que las clases solo deben ser hasta las 12 o 1 de la tarde, porque es el único momento donde el cerebro tiene la verdadera capacidad de entender”. Aparte, se recomienda que durante el impacto bajo de cortisol en niños, se implementen actividades extra programáticas. 

Para concluir, el expositor enfatiza en que el aprendizaje debe ser desde la acción y actividad de los niños, estimulando sus capacidades cognitivas, emocionales y psicológicas. Es necesario reformar el sistema educacional desde la modalidad de las tareas hasta el tiempo de recreo que se les da a los niños para ver resultados diferentes en adultos capaces de autorregularse emocionalmente. 

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