El GRIT: el extra necesario para cumplir tus metas
A propósito de los Juegos Olímpicos recién celebrados, es muy posible habernos quedado perplejos ante el inmenso despliegue de talento ahí demostrado por todos los deportistas que rindieron al máximo, exponiendo mundialmente sus distintas especialidades. Y por qué hablo de esto, porque efectivamente el talento innato es un factor preponderante a la hora de disponerse a cumplir con un objetivo en alguna disciplina, ya sea deportiva, artística, científica, laboral o académica. Pero si ese talento no es correctamente administrado, ya sea por auto gestión o conducido u orientado por un entrenador (padres, profesores, líderes, etc.), puede diluirse sin haber si quiera rendido los primeros frutos.
Por otro lado, debe existir una conexión entre el talento y el ejecutante, que efectivamente, funde cimientos sólidos para comenzar a darle paso al trabajo y conseguir los dividendos esperados (o más). Los rendimientos de excelencia provienen, sin duda, de un sin número de variables que confluyen para convertir un desempeño óptimo en otro superlativo.
Pero ¿qué finalmente permite que solamente unos pocos, puedan destacar y logren llegar a sitios impensados, en comparación a otro grupo con los mismos atributos? Es decir, ¿por qué personas talentosas no logran tener éxito?
Y la respuesta está en el GRIT, concepto que acuñó Angela Duckworth (Psicóloga y Neurobióloga Norteamericana), definiéndolo como la mezcla de Pasión + Perseverancia (incluso en otros países lo han traducido como “garra” o “determinación”). Básicamente tiene relación con que la razón para alcanzar logros significativos a largo plazo no tiene como punta de lanza el talento, sino a las habilidades para perseguir lo que quieres con pasión y perseverancia. La autora lo explica sencillamente como: “una cosa es el talento y otra lo que hagas con él”.
Por otro lado, algo fundamental cuando hablamos de conseguir metas a largo plazo, es necesario entender que “una habilidad es producto de talento mas esfuerzo; mientras que la adquisición de “logros”, proviene de la habilidad más ese esfuerzo”. “El esfuerzo genera habilidad y al mismo tiempo hace que la habilidad sea productiva”.
¿Cómo no vamos a ser responsables de poder liderar o motivar estos procesos en hij@s, colaboradores, familia, amigos o en nosotros mismos? Alcanzar desempeños de excelencia, sea cual sea nuestro espacio de crecimiento, es nuestra responsabilidad a la hora de guiar cada paso, tras la consecución de esos objetivos.
¿Cómo abonar el terreno al desarrollo del GRIT? Bueno aquí aparece la parte de la observación y el análisis. Algunas de las características para estar atentos y poner en marcha son:
a) Interés en la tarea, es decir, disfrutar lo hacemos intrínsecamente, sólo por le hecho de llevarlo a cabo.
b) La práctica; ejercitarnos de forma deliberada, hasta alcanzar niveles de dominio y pericia.
c) El Propósito, tener incorporado el “para qué” de lo que estoy haciendo, para que sea sostenible en el tiempo.
d) La esperanza, tener la confianza de que tu propio desempeño mejorará conforme tu disciplina y esfuerzo.
Generar ambientes virtuosos, lleva a que esas características sean adquiridas y puestas en práctica, por todo el entorno. Poseer esa visión y ser un impulsor del “Grit”, significa ser consciente del potencial y consecuentes logros que las personas que te rodean pueden alcanzar y te convierte directamente en un multiplicador de bienestar social.
Entonces para finalizar y a la luz de entender que el talento es una base, pero no es la variable vital del éxito, es necesario dar una nueva mirada, especialmente cuando hablamos de niñ@s o adolescentes, incentivando no sólo el despliegue de la destreza, sino también, del esfuerzo, persistencia y pasión que deben poner en la consecución de sus objetivos.
Carolina Yañez
Psicóloga Organizacional, especialista en Felicidad Aplicada al Trabajo, Desarrollo de Personas y Psicología Positiva.
Fundadora de BORDO
IG: @subeteabordo
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