Un estudio publicado este año en Journal of Happiness Studies, reunió datos de casi 70 mil participantes del Reino Unido que contestaron algunas encuestas sobre  sus hábitos  de voluntariado y su salud mental, cada dos años desde 1996 a 2014. 

La investigación descubrió que los participantes de entre 16 y 24 años y de 55 a 74 años,  que el último año se habían ofrecido como voluntarias al menos una vez al mes, estaban más a gusto con sus vidas y calificaron mejor su salud mental, que quienes no eran voluntarios.

Según explica Ricky Lawton, director asociado de Simetrica Research Consultancy y autor principal del artículo en Greater Good Magazine, lo anterior se debería a varios factores. 

Por una parte, el voluntariado sería gratificante para quienes lo realizan porque puede ser una forma de desarrollar habilidades profesionales y probar oportunidades de liderazgo, lo que es especialmente relevante para los adultos jóvenes.

En segundo lugar, esto ayudaría a aumentar nuestro sentido de conexión social, algo que beneficia especialmente a los adultos mayores, porque les permite mantenerse conectado con otros después de la jubilación.

Revisa el estudio en este LINK.