Ansiedad: estudio identifica dos formas típicas de este trastorno
La ansiedad es un estado mental que se caracteriza por una intensa sensación de tensión, preocupación o aprensión, en relación con algo adverso que podría suceder en el futuro. Pero ¿qué impacto tiene en nuestro cerebro? ¿Cuál es el mejor tratamiento?
Un reciente estudio, que podría dar pie para el desarrollo de nuevos tratamientos, fue publicado en la revista Scientific Reports por investigadores de la Universidad de Trento.
Según detallan en la publicación, los investigadores identificaron dos formas de ansiedad: de estado y de rasgo.
Según explica Nicola De Pisapia, coordinadora científica de este estudio, la “ansiedad de rasgo” se relaciona a una característica estable en una persona, mientras que la “ansiedad de estado” se refiere a una condición temporal.
“Para estudiar esto, evaluamos a 42 participantes sanos con el Inventario de ansiedad rasgo del estado y luego investigamos con resonancia magnética para caracterizar la covarianza estructural de la materia gris y la conectividad funcional en estado de reposo (rs-FC)”, explican los investigadores.
¿Qué descubrieron?
Según detallan los científicos en la publicación, encontraron varias diferencias en los patrones estructurales-funcionales entre los tipos de ansiedad.
“Nuestro estudio proporciona evidencia de una distinción neuroanatómica y funcional entre el estado y el rasgo de ansiedad. Estas características neuronales pueden ser marcadores adicionales en estudios futuros que evalúen el diagnóstico temprano o los efectos del tratamiento”, explican los investigadores.
Sin embargo advierten que “aún no se ha respondido si los dos tipos de ansiedad están correlacionados conductualmente o son características independientes”.
Ansiedad en el cerebro
Por otra parte, los investigadores pudieron observar algunas diferencias en la manifestación de ambos tipos de ansiedad en el cerebro, utilizando una variedad de técnicas de neuroimagen.
“En cuanto a la materia gris estructural (GM), la ansiedad rasgo está relacionada con alteraciones de volumen en regiones límbicas, como amígdala, circunvolución parahipocampal, circunvolución temporal inferior y corteza frontal inferior y grosor cortical anormal en regiones amígdalas y cinguladas”. Y agregan que, “a nivel funcional, el rasgo de ansiedad impacta la actividad de la corteza cingulada anterior y la corteza prefrontal medial durante las tareas de toma de decisiones y media, en estas regiones, una respuesta compensatoria en tareas cognitivamente exigentes”.
En lo que respecta a la ansiedad de estado, dicen que “faltan estudios de neuroimagen centrados en este aspecto. La modificación estructural de GM reportada en el estado de ansiedad está ausente y los cambios funcionales se reconocen principalmente como resultado de sentimientos de ansiedad inducidos durante la resonancia magnética”.
Sin embargo, aseguran que, “teniendo en cuenta ambos tipos de ansiedad, se cree que el sistema límbico neural juega un papel destacado; en particular, se cree que la activación de la amígdala está mediada por la ansiedad en la vigilancia emocional inconsciente. De hecho, la amígdala no muestra una supresión típica en respuesta a la amenaza en el estado de ansiedad cuando el foco de atención está involucrado en otras tareas, pero se encontró que las personas con ansiedad de alto rasgo eran propensas a distraerse en presencia de estímulos emocionales”.
Revisa más detalles de este estudio en este LINK.
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