¿Cómo mejorar la salud mental en el ámbito laboral?

Las nuevas modalidades de trabajo han significado un cambio en las rutinas diarias de las personas, provocando en muchas ocasiones, grandes cargas físicas y emocionales para los trabajadores. 

El conglomerado Mandomedio, expertos en gestión de personas en Chile y América Látina, realizó un monitoreo a través de su programa Emotiv, para medir el bienestar emocional, psicológico y físico de integrantes de las organizaciones a través de un cuestionario online. Este formulario de seis preguntas, calificó a los encuestados en relación a su energía, representando a través de colores los distintos niveles de energía: nivel bajo se representó a través del color rojo, nivel medio naranjo y el nivel alto a través del color verde.

De esta manera se evidenció que, de un total de 3 mil trabajadores, el 70% estaba dentro del segmento rojo. Se trata de un grupo de trabajadores que no logran entender sus sentimientos y controlar sus propias emociones. Además, no cuentan con las herramientas necesarias para realizar sus tareas laborales diarias.

El gerente de Mandomedio Consoulting, Rodrigo Correa, explicó a Bíobio Chile que  “en este contexto es clave que las empresas trabajen para reconocer el estado emocional de las personas y anticipar eventuales crisis psicológicas al interior de los equipos. Los que inviertan tiempo y recursos en este sentido irán varios pasos más adelante”.

Dentro de esta misma línea, la directora de la Escuela de Psicología de la Universidad Bernardo O'Higgins, Viviana Tartakowsky, aseguró al mismo portal de noticias que “nos encontramos viviendo una SINDEMIA, por crisis en diferentes niveles en el mismo tiempo, por ejemplo: cesantía y/o baja de remuneraciones, teletrabajo más de 60 horas semanales, muerte por COVID de personas cercanas, problemas suscitados del confinamiento excesivo, dificultades conciliación familia/trabajo,”.

Aunque no es fácil poder aumentar la energía en el trabajo, dentro de un contexto sanitario como el actual. Sin embargo, Correa aconseja que “activar un acompañamiento diario al equipo, dirigir sin controlar en exceso y ajustando expectativas, potenciar su autoconfianza y dar espacio para expresar emociones, además de procurar coaching individual en los casos más críticos”.

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