Papás más comprometidos con la crianza

Mucho se habla respecto a la corresponsabilidad de padres y madres en las labores de cuidado y crianza de niños, niñas y adolescentes. Y aunque hemos avanzado, viendo cómo muchos papás se están involucrando más que antes, aún queda bastante camino por recorrer y existen diversas barreras que derribar. El contexto les juega en contra, con horarios laborales extensos, largos recorridos de la casa al trabajo y viceversa o, ahora en pandemia, varias horas de reuniones frente al computador o el estrés asociado al desempleo. Tampoco hay una priorización de políticas públicas que favorezcan una mayor participación de los hombres en la crianza.

En general, son pocos los papás que participan en charlas o talleres de crianza, pero sería injusto decir que es por falta de interés. La mayoría de los padres sí quiere recibir apoyo para la crianza y hay temas que les preocupan, como ayudar a sus hijos e hijas a adquirir confianza, de qué manera apoyarles para que desarrollen todo su potencial y construir relaciones positivas con ellos y ellas.

En estos tiempos de pandemia, es aún más necesario compartir las labores de cuidado y crianza, cuando los niños y niñas están 24/7 en la casa. La situación es extremadamente compleja en los hogares monoparentales, pero cualquiera sea el caso, resulta fundamental armar equipo. Y como sucede en todos los equipos, distribuir tareas es primordial, así como considerar las necesidades de cada uno de los involucrados. Sin embargo, estas conversaciones en la familia no siempre son fáciles y darse el tiempo para tenerlas con calma y planificar en conjunto, suele costar en circunstancias de mayor estrés. 

Los padres necesitan una validación. Es común que se nos muestren noticias sobre papás que no son buenos modelos a seguir. En películas, programas de televisión y hasta en anuncios publicitarios se los presenta con frecuencia como personajes a los que hay que corregir, que les cuesta manejar las tareas asociadas al cuidado o conectarse emocionalmente con sus hijos e hijas. Así como otros estereotipos de género, esto no ayuda. 

A muchos hombres les han enseñado que ser ‘masculino’ significa mostrarse siempre fuertes y capaces, y esto puede llegar a obstaculizar el desarrollo de relaciones cercanas con niños y niñas. Además, muchas veces no tienen modelos de los que aprender. Es necesario entonces que comencemos a darle más importancia al rol de los papás, a lo que ellos pueden ofrecer y apoyarlos en el desarrollo de habilidades y estrategias, que les ayuden a fortalecer la confianza en su rol.

Un papá involucrado en el cuidado y la crianza es positivo para todos los integrantes de la familia: la relación en general mejora, y los niños y niñas aprenderán de esos modelos. Hay beneficios continuos para los hijos/as, las parejas y los propios padres. 

Y si la tarea se ve muy difícil o casi imposible, la ayuda existe. Tanto para padres, como para las mamás y los cuidadores en general, de niños, niñas y adolescentes, hay distintas alternativas de apoyo en temas de crianza, como las que ofrece Triple P – Programa de Parentalidad Positiva, que está disponible de manera gratuita en distintas comunas de Chile.

PS. FRANCISCA PUGA T.
Directora ejecutiva Triple P latinoamérica

IG: @triplep_latam_