Inteligencia Emocional y la forma que tenemos de enfrentar el estrés: ¿Qué dicen los estudios?

Según indica la evidencia científica, la Inteligencia Emocional (IE), tendría un papel muy importante en el autocontrol emocional y en la capacidad adaptativa para afrontar situaciones estresantes.

El Dr. Agustín Ernesto Martínez González de la Clínica Neuropsicológica Mayor, Alcantarilla (Murcia), junto con  José Antonio Piqueras y Cándido J. Inglés del Departamento de Psicología de la Salud, Universidad Miguel Hernández, Elche (Alicante), realizaron una completa revisión de estudios, que han analizado la Inteligencia Emocional con la capacidad de enfrentar situaciones de estrés, además del papel que juega el género en esta relación. 

Los profesionales plantean tras esta revisión “que existen una serie de factores que influyen en la adecuada elección de las estrategias de afrontamiento del estrés y que están interrelacionados con la IE”.

Según explican en su publicación, los factores que influyen en una adecuada elección de estrategia para afrontar el estrés, serían los siguientes: 

  • Las creencias de autoeficacia 
  • El uso de las emociones positivas 
  • Las redes de apoyo social 

A su vez, explican que “las subescalas de claridad y reparación emocional actúan como protectores del estrés y la salud mental, siendo componentes fundamentales para la realización personal y el apoyo social. Así, las personas con altos niveles de IE adoptan estrategias de afrontamiento basadas en la reflexión, evaluación y planificación. Sin embargo, las personas que centran demasiado su atención hacia los sentimientos (subescala de atención o percepción a las emociones) presentan estrategias de afrontamiento desadaptativas, centradas en la supresión de pensamientos, evitación, rumiación y auto-culpabilidad”.

Sin embargo, advierten que aun se debe profundizar en el conocimiento sobre las implicaciones que cada uno de los componentes o dimensiones de la IEP juegan en el estrés y en las estrategias de afrontamiento. 

“La cuestión de qué aspectos influyen para que una persona presente niveles de IE más elevados no está clara”, plantean.

Y agregan que, “una de las explicaciones dada a estas diferencias en IE y estrategias de afrontamiento, es la hipótesis de los ambientes educativos. Parece ser que los vínculos parentales de cohesión y expresividad de sentimientos, son factores que facilitan la alta IE, así como de un estilo de afrontamiento más adaptativo y vinculado al bienestar emocional. Sin embargo, los individuos que son educados en un ambiente social de riesgo, presentan mayores tasas de comportamiento antisocial, así como una menor competencia social, por lo que tienen mayor tendencia a la atribución externa de responsabilidad, menos estrategias de afrontamiento, un autoconcepto más bajo y un menor desarrollo de la IE”.

A raíz de esto, aseguran que “algunos autores proponen un modelo educativo prosocial, donde se ponga de relieve dentro del aula la importancia de las competencias docentes, sociales y emocionales, el bienestar y el mantenimiento de apoyo de las relaciones entre profesor-alumno, reduciendo el estrés y los síntomas de burnout en los profesores”.

Y sugieren que “la investigación debe ir orientada a estudiar la eficacia de estrategias de intervención prosocial en las aulas destinadas a promover la competencia emocional y social”. 

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